sábado, 7 de julio de 2012

Y con uno sólo de tus besos.


Y se dibuja sobre tu rostro aquella cálida sonrisa, y de repente al mundo se le corta el aliento. 


Se despierta sobre tus labios la humedad de tus ansias y bajo tu apasionado pecho el crepúsculo vuelve a renacer, incalculable e inalcanzable, irreducible e insaciable, un boceto de tu alma que me atrapa en un roce, el delicado clamor de tu mirada que me aferra voraz a la realidad que inexistente me cautiva, que imposible me atrapa e intangible presenta una fuerza de gravedad irremediablemente letal.
Se marca sobre tu escencia la belleza de tu físico, se imprime sobre tus mejillas la perfección de tu ingenuidad, se pinta en tus pupilas la experiencia del amor y en tus manos temblorosas la novedad de una pasión antigua que reencarna y frente a tu ferviente  duda se rehúsa a fallecer. 

Y se eleva un atardecer en la punta de tu lengua, y se figura el universo su ignorancia sobre el corazón, al tiempo que una risa se escapa entre tus dientes y cupido pierde por tí la razón.

En una pequeña mordida se paralizan mis sentidos y en tu vientre miles de mariposas en pareja bailan, y en uno de tus besos mi existencia se limita a eso, y en uno sólo de tus besos el mundo entero envidia nuestros pequeños momentos.

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