lunes, 7 de julio de 2014

Sabor a Sepia

Se pintan, con el suave aroma de tu voz, las lágrimas de mis ojos y se dibuja una sonrisa nueva al son de tus palabras; el calor que se desprende del mismo invierno y el amor que evocan las hojas secas al caer, así es tu amor.

Como un regalo de los dioses, como una maravilla sobre natural, y ¿qué sería tu ser sino eso?, la luz en este infierno, el calor de la soledad.
Simplemente irreparable, es así como veo la situación, un corazón flechado, un alma atravesada, un órgano que en la mitad de mi pecho, por fin palpitó, así es tu amor.

Con sabor a azul por la lejanía, con sabor a sepia por la pasión, déjame repetirte
, querida, así es tu amor.

sábado, 26 de abril de 2014

No te amo



Si alguna vez te digo que no te amo, por favor, no escuches, o mejor aún, escucha, y escucha con atención, recuerda quien fui antes de ti, mira quien soy desde que llegaste a mí y, aunque sea por compasión, quédate a mi lado…

Si alguna vez, la desesperación de un alma atrapada entre fuego y penumbra, encadenada por confusión y lascivia, llega a ganar frente a la conciencia de este amor, escucha con atención, pon oído a cada palabra que de esta boca herida salga, revisa cada rincón de la lengua rebelada a la razón, de aquella voz que solo busca la furia, de aquel corazón cegado por la inmensa oscuridad y júrate y vuélvete a jurar, que no me dejarás, que no permitirás que este momento de incomparable ofuscación ahogue a la ilusión, júrate nuevamente, y vuélvete a jurar, convéncete una y mil veces de que este amor no tiene final, y, cuando el sentimiento de soledad llegue a topar tu cielo, ha hacer tu sol desaparecer, convéncete y vuélvete a convencer, engaña a la muerte que quiere llevarse a este sentimiento en un ataúd de terciopelo, adornado con los recuerdos, usando de mortajas nuestros sueños, abraza mi alma, y finalmente, jura una última vez, convénceme y engaña a mi insensatez, a fuerza de besos y caricias, hazme volver.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Amor infernal

Y se siente la noche como se siente una espada sin filo,
Ridículamente amenazante, 
Absurdamente peligrosa,
Ese ir y venir de recuerdos suicidas,
De recuerdos que resucitan.

Y qué será de la noche cuando el frío abrigo de la soledad enmascare el alma del deambulante desalmado?
Qué será de ti,
Cuando mis recuerdos te roben durante horas en la madrugada?
Cuando tu cuerpo se desvanesca de su lugar,
Cuando tu voz se ahogue entre gritos de imposibilidad,
Serás parte de una fotografía,  de una canción,  de una letrilla,
Serás parte de mi sofá, de mi sala y mi cocina,
Serás parte de una verdad ahora desconocida.

Te encerraré entre páginas de escritoras compulsivas,
Te capturaré al alba tras una noche de dulce melancolía,
Tu cuerpo desaparecerá a mi antojo,
Tus manos vendrán a mi cada vez que cierre los ojos,
Esos labios color carmín, 
Ese alma podrida,
Esos besos que laceraban,
Fruto de una mente perturbada,
Todo me pertenece,
Tu ya nada tienes,
Tu ser está conmigo,
Aunque tu cuerpo yasca perdido.

Entre hirientes mentiras,
Un amor infernal,
Un amor que castiga sea que regrese o no lo haga más.

jueves, 6 de marzo de 2014

No, no la extraño a ella.


La extraño,
o tal vez no la extraño a ella,
tal vez extraño esos ojos cafés que se posaban sobre mi cuerpo con la peor de las intenciones,
conquistar mi corazón.

No, no la extraño a ella,
extraño el suave caminar de sus manos sobre mi rostro,
extraño esa sonrisa tan desquiciante que me desequilibraba la razón.

No, es imposible que la extrañe a ella,
extraño, quizá, el inconfundible olor a ansiedad que su cuerpo despedía,
extraño su boca moviéndose desesperada en un intento por volar.

Sí, es seguro, quién sabe si lo más cierto que he dicho algún día,
no la extraño a ella,
extraño su lengua dibujando un mundo dentro de mi boca,
extraño su piel quemando la mía cada vez que la rozaba.

Puedo jurar que no la extraño a ella,
extraño ese sabor a deliciosa fantasía con el que me topaba cada vez que su cabello nublaba mi vista,
extraño esa inconfundible sensación a otoño, aún cuando jamás lo he conocido, que me invadía cada vez que esos labios resquebrajados por acción de mi boca me acariciaban.

Es cierto, no la extraño a ella,
extraño la primavera que me traía,
extraño el verano que me dibujaba,
extraño incluso ese invierno despiadado que hacía únicamente que ella me abrazara más.

No, no la extraño a ella,
extraño mi alma junto a la suya,
extraño mi corazón sonriente sabiendo que alguien lo cuidaba.

Puedo jurar que no la extraño a ella,
puedo prometerme una y mil veces que lo que añoro no es más que nuestras vivencias,
situaciones divertidas,
momentos únicos,
pero no, no es cierto, tal vez sí la extrañe a ella,
tal vez no sean sus manos,
tal vez no sean sus besos,
tal vez ni siquiera sea su mirada,
tal vez lo único que extraño sea a esa musa enamorada.

viernes, 7 de febrero de 2014

Ese bicho raro

El amor, ese bicho raro que varía entre el azul cuando llega el príncipe y el verde cuando se queda el sapo, se convierte en rosa al llegar las flores y café al bañarlas el olvido, que se va del rojo de aguantar la muerte al negro del adiós a lo prohibido.
El amor... Ese bicho raro que te entra por las orejas y te desgarra el corazón.

viernes, 20 de diciembre de 2013

sábado, 11 de mayo de 2013

Beso Furtivo

Un beso fugitivo, cabe aclarar, que no es aquel que no se da, si no ese que al llegar a tus labios recorre todos y cada uno de los rincones de tu menet y tras buscar, hurgar y rasgar en el intento de encontrar un lugar para habitar, va a parar justo allí... Sí... Adyacente al depósito color lila de sueños derretidos por el poder de convicción de esa hermosa ninfa o elfo dueños del miedo y la cobardía; frente a la bella habitación de aroma a rosas donde penan hasta hoy, tal vez sin conocimiento del dueño del cuerpo, metidos en cajas o colgados en los candelabros, aquellos crueles fantasmas que al prier descuido aparecen para atormentarnos vestidos de lágrimas y bañados en fingidas risas; se podría seguir describiedo una a una las habitaciones de este pabellón como si se tratara de un psiquiátrico o mejor, de un burdel vendiendo a sus hermosas y puras mercancías pero a falta de tiempo, o tal vez de un nombre más creativo, el único letrero existente dice en el nuevo hábitat de este incipiente y dulce gesto dice: Olvido.