lunes, 1 de octubre de 2012

El Mago



Con un sombrero y una varita.
Se abrió una pequeña caja y salió un ratón, un conejo y un gato.

El mago cerró, tomó su varita y la hizo bailar sobre la tapa otra vez.

Se abrió la pequeña caja y salió un perro, un zorro y un lobo.

El mago la cerró, tomó su varita y la hizo bailar por tercera ocasión.

Se abrió la pequeña caja y salió un tigre, un león y un elefante.

El zorro se comió al conejo, el perro se enamoró del lobo, el león adoptó al gato, el ratón volvió loco al elefante y a la pobre asistente el tigre la hizo correr.

El mago volvió la vista a la caja y la guardó bajo la mesa, escogió a una chica de entre los espectadores, la llevó al centro del escenario y la metió en una especie de cuarto móvil de dos por dos, todos estaban atentos a los pequeños pies  que después de que el mago se les puso al frente desaparecieron.

La asistente seguía colgada sobre unas cajas al fondo así que al mago no le quedó otra que hacer todo el trabajo a él, caminó casi rodeando a la chica cuyos zapatos no se veían más, alzó los brazos, repitió un par de palabras y finalmente dejó de ver su interior: nada.

Los asistentes aplaudieron, otros tantos silbaron.

El mago levantó las manos ante todos pidiendo silencio y el público poco a poco calló, desarmó el pequeño cuarto y lo arrimó a una esquina, el novio se frotaba las manos deseando tener de vuelta a su chica.
El mago se sacó el alto sombrero de copa, lo colocó en la mesa, tomó su varita y dijo unas cuantas palabras, luego lo levantó haciendo aparecer a la muchacha, todos aplaudieron y ella sonrió.

El mago tomó la mano de la joven y la puso en alto, estiró su brazo mostrando su sombrero baja las alas del cual desapareció, besando a la chica y sonriendo a los espectadores.
Y en el escenario quedó todo lleno de enajenación: el zorro comiéndose al conejo, el perro enamorado del lobo, el león adoptando al gato, el ratón volviendo loco al elefante, el tigre haciendo correr a la asistente y el chico desesperado buscando a la novia felizmente fugitiva.

Y desapareció lo que quedaba de los animales: el ratón, el conejo y el gato, el perro, el zorro y el lobo, el tigre, el león y el elefante.

Y uno por uno desapareció cada integrante de la audiencia.

Y se marcharon  mano con mano los dos amantes ahora abandonados.

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