Esta es una historia que hice para física un día cerca de navidad, espero que sea de su agrado.
Dasha se dirigió sigilosa hacia la estancia, allí estaba él, justo en el lugar donde se habían visto por última vez, encontraba de espaldas , dando la cara al firmamento mientras la tenue luz que había alumbrado el salón con tanta claridad aquella noche, ahora luchaba por mantenerse encendida.
Ella continuó caminando con paso sereno tratando de observar más allá del smoking.
- D-Drew?
No contestó
- D-Drew¡ - tartamudeó nuevamente
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I came for you... |
Se acercó a él y colocó sus dedos sobre su rostro con la mayor delicadez a que pudo, el olor a dulce mezcla de la muerte y la putrefacción que desprendía de él la hacía temer que aquella caricia lesionara su piel; algo bajo la superficie de su rostro comenzó a moverse tanto que pensó que estallaría, así que retiró la mano tan velozmente como pudo y se alejó hacia atrás.
- No temas, es sólo Mika
- ¿Mika?
- Mira - golpeó su cabeza suavemente mientras ladeaba esta a los lados. Un pequeño gusanito salió por el agujero de bala que lo había matado.
- Hola... trató de sonreír mientras movía su mano per el veloz insecto volvió al interior del cráneo tan rápido como lo había dejado.
- Drew...
- ¿Qué?
- ¿Por qué estás aquí?
- Vine a llevarte conmigo
Por primera vez desde que lo vio parado allí, sintió miedo, su labio superior tembló y una lágrima recorrió su mejilla.
- ¿Estás asustada?
Se acercó tratando de tomar su mano pero ella se negó.
- No quiero morir...
- No te voy a matar, ¿cómo puedes creer eso?
- Lo siento...
Ella asintió con la cabeza mientras un remolino los llevaba a ambos.
- ¿Dónde estamos?
Miró hacia todos los lugares que encontró y por cada esquina, en cada poste, cada tejado, puerta y ventana había cientos de luces navideñas y ostentosos renos y santas.
- Esto es Narb, es aquí donde llegué al despertar, jamás sabré cómo ni por qué ( nadie lo sabe) pero fue acá donde caí.
Dasha quiso preguntar algo pero una carreta tirada por un par de caballos llamó su atención mientras un pequeño grupo de zombies cantaba desde el interior.
- Bueno , te quiero presentar a alguien - dijo dirigiéndose a una casa de tipo victoriano en una esquina.
Ella entró a la gran edificación y dejó atrás a Drew mientras recorría una a una todas las habitaciones de la mansión. Fuertes ruidos se oyeron en una puerta a sus espaldas, así que volteó y la abrió apenas lo suficiente para poder observar. Dos mujeres altas un tanto más acabadas que él y junto a ellas un plato con.. Con algo dentro, no logró ver de qué se trataba. Un nuevo golpe se oyó y un fuerte olor a carne quemada, a dulce, a putrefacción se abrió paso por la habitación hasta ella, instintivamente tapó su nariz con el dorso de su mano al tiempo que centraba la vista en las chicas.
Estaba pateando algo hacia el pseudo horno que había improvisado en aquella estancia. Se retiraron y tras ellas logró ver una cabeza en llamas.
Gritó. Ambas zombies corrieron hacia ella, trató de huir, no lo logró. Un golpe impactó en su cabeza y cayó al suelo mientras aquellas mujeres la llevaban arrastrada por los pies y la lanzaron en una alfombra a la mitad de la habitación.
- ¿La habrá traído MarcK?
- ¿ MarcK?, lo dudo, siempre ha sentido predilección por los chicos, dice que saben mejor.
- ¿Y Anne?
- Nah, dudo que sea ella...
- Pero.. Si no fuimos nosotras, ni MarcK, ni Anne... entonces, ¿quién la trajo? - Se agachó y la tomó de la mano
- Yo la traje (!) - Dijo Drew mirándolas a los ojos
- Gracias, bonito detalle precioso - mordió su brazo
Dasha gritó nuevamente mientras él se abalanzaba sobre ella asestándole un golpe que la envió contra la pared.
- Dije que yo la traje, no que te la tragues Simone!
- Se levantó acomodándose las vértebras con pequeños golpes en la espalda - Pensé que era el almuerzo (!)
- ¡Ya tragaste! - Tomó de la mano a Dasha para levantarla
- ¡No seas grosero!
- ¡Tu mordiste a mi huésped y yo soy el grosero! (?)
- Tenía hambre...
- ¡Cómete tus dedos! - señaló el plato sobre la mesa
La joven tosió un par de segundos y luego vomitó al oír esto
- ¡Qué delicada!
- Cállate Simone - ordenó Drew
Simone se acercó a ella pero él le cortó el paso
-Ag... ni que me la fuera a comer, con ese carácter mínimo y me da acidez - se marchó
Drew la levantó mientras las lágrimas corrían aún por su rostro
-Tranquila nena, todo va a estar bien - dijo apretando la herida tratando de que la sangre pare.
-El rostro de ella era pálido, el terror que sentía no se limitaba a aquellas mujeres sino que él la hacía entran en pánico - ¡Aléjate! - le gritó a la mujer que se había mantenido tras Drew y que ahora se acercaba
- No te voy a hacer daño
- ¡No te me acerques!
- Por favor Dasha, sólo quiere ayudar, lo juro - por primera vez su voz había cambiado y su mirada había tomado la emoción que había tenido guardada toda la noche.
Ella bajó la mirada aceptando que se acerque. Caroline desinfectó la herida y le aplicó una inyección en el brazo, algo de humo salió de su herida y un líquido color naranja fluorescente comenzó a brotar en lugar de sangre.
- L a piel me quema - se quejó
- Aguanta nena, aguanta
- No puedo - se sacudió
- Un momento de dolor o una vida de muerte.
Ella calló.
-Listo, ya está
Él agradeció y la despidió quedando para verse más tarde
- ¿Quién era ella?
- ¿Caroline?
- No, la otra
- ¿Simone?
- Sí, supongo que es ella
- Mhm.. No es nadie nena
- ¿Nadie? trató de comerme y no es nadie (?)
- No puedes culparla por eso, sé lo que dije pero no puedes, somos zombies...
- Huh.. Sí... claro...
- Jajá, vamos, tienes que alistarte para cenar con Caroline, MarcK y Simone
- ¿Simone?, ¿Qué rayos crees?
- Sólo alístate.
Se resignó.
Siéntate amor - le abrió una de las sillas - pronto llegarán
Caroline ingresó y se sentó junto a Drew, después entró Simone y se ubicó junto a Dasha.
- ¿Somos todos? - preguntó Dasha
- Falta MarcK
- ¿Quién es MarcK?
Unos fuertes golpes se oyeron tras las paredes y un par de rugidos retumbaron en toda la casa mientras las copas de la mesa luchaban por no quebrarse.
Un hombre alto, de un metro setenta y ocho, cabello negro, o eso parecía por el lodo, unos ojos desorbitados y un torpe caminar se acercó a la mesa.
- Drew... quiero irme...
El extraño se precipitó junto o a ella y comenzó a olerla
- Drew (!)
Él no contestó y esperó tranquilamente a que MarcK se alejara y se sentar e n frente.
- Dasha, él es.
Ella se mantuvo inmóvil
- Nena- la codeó levemente - respira
- Ajá
El chico se levantó de la mesa y se dirigió a la cocina
MarcK clavó la mirada en ella, sus ojos se centraron y sus manos empezaron a golpear con ansias la madera. Desvió la mirada hacia el plato vació que tenía en frente tratando de pensar en algo mejor pero la sensación de ser observada la desconcentró. Simone. Regresó la vista hacia ella que la miraba con los ojos inyectados de sangre y lamiéndose los labios
Drew... Vuelve, por favor. No quiero ser la cena...
Él entró nuevamente a la habitación trayendo en sus manos una bandeja plateada con, para la sorpresa de Dasha, pavo y cuatro vasos de algún líquido entre rojo y verde y un de soda.
MarcK tomó un cuchillo y partió el ave en cinco partes, cogió la porción de pavo que le tocaba y se la comió lo más veloz y desagradablemente que ella había visto jamás, cuando terminó acomodó su cabello, se sacudió del polvo y acomodó el cuello de su camisa mientras sus ojos perdían la inyección de sangre que había en ellos.
- Hola, lamento si te di una mala impresión de mí al acercarme de esa manera tan brusca pero el hambre me tenía trastornado - le extendió la mano para saludarla - Drew me comentó que iba a ir por ti pero nunca me dijo tu nombre
- Dasha
- MM... bonito nombre , y rostro... ya sé por qué el quiso volver por tí
Dasha se sonrojó
- Bien, creo que te quedarás hasta el final de la noche así que mejor terminemos de cenar - dijo llevándose uno de los dedos a la boca - luego habrá tiempo para conocernos - sonrió
El resto de la cena pasó sin ningún altercado ni enojo a parte de la mirada de Simone clavada sobre ella, ya no tenía los ojos rojos ni la observaba con hambre, sólo la veía.
Conforme la noche fue pasando se dieron varios juegos y conversaciones entre ellos desde mímicas hasta fútbol, en el que por cierto más de uno se rompió las manos y piernas que al cabo de unos segundos volvieron a su sitio, de política a filantropía y de ciencia a glamur.
- Pronto serán las doce - exclamó Caroline
- ¿Es hora de abrir los regalos?
- Claro que sí Simone - Contestó Drew
Todos corrieron hacia la chimenea donde estaba el árbol de navidad, la música navideña comenzó a sonar. MarcK tomó una de las cajas y empezó a repartir.
- El primero es para ti - señaló a Simone - de Drew
- ¿Qué es? - inquirió Caroline
- Es... Es... ¿Un ato de vendas?
- ¡Claro!, te la vives rompiéndote, qué mejor que un regala para evitarlo (?)
El resto de regalos se repartió uno por uno entre risas y chistes hasta llegar al que Drew tenía para Dasha
- Ábrelo nena
- No - negó con la cabeza
- Vamos, hazlo
- No quiero (¡)
- ¿Por qué?
- Porque lo único que quiero que me des... no entra en una caja
- ¿Y qué quieres?
Se sonrojó y bajó la cabeza
- Dime...
- Quedarme contigo (¡)
- Nena...
- No me digas que no
- No puedes quedarte , tienes toda una vida por delante
- Una vida que no quiero vivir sin ti
- Amor... - La abrazó - no hay nada que quiera más que a ti, pero no puedes, no voy a acabar con tu vida...
- En estos dos años no he estado viva, mi alma se marchó cuando te fuiste
- Tienes que entender, tu vida sigue, tienes veinte y un años, ni los poetas malditos morían tan jóvenes
- Son veinte y tres...
- Lo siento, es sólo que aquí, aquí el tiempo casi desaparece. Pero en fin, el punto es el mismo. Por favor, entiende, si yo pudiera escoger, si alguno de aquí pudiera escoger... Ninguno abandonaría su vida... Ninguno acá fuera zombie.
Ella bajó la mirada y dejó rodar un par de lágrimas por sus mejillas.
- Creo que... Creo que es mejor que me marche
- Eso no es necesario nena...
- No, realmente no pero ya es muy tarde, mi madre debe estarse preguntando por qué no llego
- HH... está bien
Ambos se despidieron de los zombies deseando volverse a ver aún cuando en el fondo sabía que ella no regresaría
- Adiós - se despidió por última vez de los chis con la voz entre cortada
Se aferró a Drew en un abrazo y ambos desaparecieron por segunda vez en un torbellino.
Llegaron a la habitación en la que había estado hace algunas horas y se acercaron a la ventana aún abrazados
- No te vayas...
- No quiero irme pero no puedo quedarme
Ella suspiró tratando de ahogar su llanto
- Dasha...
- Dime
- Te amo, lo sabes verdad (?)
- Ajá, y yo a ti
Él besó sus labios fugazmente por última vez y desapareció de la misma forma en que llegó
Llanto*
La chica pasó el regalo entres sus dedos un par de segundos antes de animarse a abrirlo
Rompió el papel que lo recubría ya abrió la caja para encontrar otra, con total paciencia la sacó, quitó el papel nuevamente y la abrió para encontrar por segunda vez lo mismo. Repitió esto alrededor de quince veces antes de por fin llegar a una caja metálica negra con un pequeño rubí incrustado, algo sonaba dentro, parecía latir, trató de abrir la pero el cerrojo tenía seguro. Buscó con la mirada algo que le pudiera ayudar a abrirla. Nada. Regresó su mirada resignada hacia la mesa y al dejó caer.
Una llave...
Tomó la pequeña pieza en la rendija del seguro y lo retiró, pero esta nos e abrió, la tomó de ambos lados jalándolos en direcciones opuestas pero no cedió.
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With your heart close to me. |
Un corazón, no como el que uno ve en la clase de anatomía sino uno más parecido al de Cupido o Afrodita. El pequeño órgano seguía palpitando y junto a este yacía una nota en un papiro:
En el doloroso día que tu corazón se detenga yo te estaré esperando aquí, porque el mío sólo sigue latiendo por saber que algún día nuestro amor volverá a surgir.